En principio, puedes ser donante de sangre si tienes entre 18 y 65 años, pesas más de 50 kilos y gozas, en general, de buena salud.
En cualquier caso, tanto para la seguridad del donante como para la del receptor, previamente a la donación se debe contestar un cuestionario médico orientado a detectar cualquier posible factor de riesgo. Las preguntas de este documento vienen determinadas por ley y su objetivo es velar por la seguridad del donante y del futuro receptor.
Sin embargo, en ningún caso una respuesta afirmativa al cuestionario invalidará directamente una donación de sangre. El médico responsable de la extracción es quién decidirá, en última instancia, si ésta se realizará.
Así, por ejemplo, se comprueba la tensión del donante, el pulso, los valores de hemoglobina, se confirma si no ha realizado prácticas de riesgo que faciliten el contagio de la hepatitis o el Sida, etc...